sábado, 25 de septiembre de 2010

Prologo: Algo escrito sobre gustos


Hay una lista básica sobre las cosas que un hombre cualquiera debería hacer a lo largo de su vida, para considerar la misma como altamente satisfactoria. O así esta establecido en el imaginario popular.
Las tres cosas fundamentales de esta lista serian, plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo.
Como me considero un hombre cualquiera, o por lo menos dentro de la media, me plantee realizar estas tres tareas a un corto plazo, para en caso de que me suceda algún accidente imprevisible (que me atropellen, que me abduzcan los extraterrestres, que me introduzcan una computadora del gobierno con todos los secretos de las agencias de seguridad nacional en el cerebro, y por lo tanto me persiga una horda de espías rusos, finlandeses y ucranianos para torturarme sin piedad) pueda haber tenido de cualquier manera una vida altamente satisfactoria.
Pero al ponerme a analizar la posibilidad de llevar a cabo estas tres tareas, me di cuenta, que lo que parece tan básico, en realidad no lo es, y estas tareas que deberían resultar sencillas, terminan presentando una complejidad difícil de creer y de enfrentar.
En primera instancia me propuse como tarea plantar un árbol, que parece en principio la mas sencilla de las tres, cuando quise ponerme manos a la obra descubrí que no tenia la menor idea de que árbol plantar, de donde carajo yo podía sacar una semilla para plantar la especie que eligiera, que no tenia un lugar físico donde plantarlo, y que sinceramente plantar un árbol para que después vengan dos pelotudos muy enamorados(una joven de la alta sociedad y un joven obrero de la construcción pongámosle, y ante la insistente negativa del magnate padre de la susodicha joven, ante la constante petición de la mano de su hija al que lo somete el joven obrero, decidan sellar su amor para siempre ahorcándose ambos de la rama mas alta y fuerte del árbol por mi plantado, generando lo que seria una recurrente leyenda urbana en nuestro país, haciendo que hasta a mi mismo me de miedo pasar por debajo del árbol al que alguna vez le prodigue todo mi amor y cariño) no me parece lo mas apropiado, he decidido saltearme este aparentemente sencillo paso de la lista, e ir hacia el siguiente.
Así que después de descartar al árbol como primera opción, decidí que lo de tener un hijo, podría ser perfectamente mi próximo objetivo.
Y aquí viene mi primer gran interrogante:
¿A que grandísimo hijo de puta, se le vino a ocurrir la idea de mierda esta, en la que una lista básica de las cosas que tendría que hacer un hombre para considerarse satisfecho con su vida, incluyera entre las cosas por hacer,algo que represente en primera instancia tener sexo con una mujer?
No solo eso, a quien fue que se le ocurrió agregar a esta lista, algo que tuviera como obligatoriedad anticipada, dirigirle la palabra a una mujer.
A ver gente, encaren, yo se que el pelotudo que escribió esta lista, era un galán, se ganaba todas las minitas, y a todos los tipos también. Pero no todos tenemos esa suerte, es mas, la ultima vez que le dirigí la palabra a una mujer, fue a mi maestra en primero de escuela, para decirle quiero teta(si, mi madre me daba pecho hasta los seis años, cual hay, vegijas, eso se estilaba antes), frase que me gano un mamporrazo en la frente, y una inmediata expulsión de clase hacia la dirección, donde la directora, una vieja que de tan vieja que era el primer diente de leche que se le cayo esta en exhibición hace años en el Museo de Arte Prehistórico, y quien para demostrar que tan buen directora era, se ofreció ella a darme teta, causándome la peor impresión de mi vida, y el trauma mas grande que arrastro desde la infancia.
Evidentemente, desde ese momento jamás le volví a hablar una mujer, y aunque ya se me dirán, hay mujeres a las que no es necesario hablarles para tener sexo, es verdad, pero cada vez que quiero tener contacto con una mujer, se me viene a la imagen las tetas colgando de la vieja de mierda aquella, lo que hace que los huevos se escondan atrás de la próstata y lloren desconsoladamente, y por lo tanto no logre patentar una erección que dure mas de tres segundos, tiempo suficiente para mi quizás, si en algún momento hubiera prestado atención en clases de anatomía, y supiera que mierda hacer con eso.
Así que no teniendo otro remedio que descartar de raíz la posibilidad de tener un hijo, me aboque a la idea de escribir un libro.
Para conseguir la temática, tuve que recurrir una vez más al imaginario popular, y saque tres ideas que me parecieron destacables, a saber
1-Escribir sobre sexo, pero tenia que investigar mucho sobre el tema y a mí la ciencia ficción mucho no me va.
2-Escribir sobre drogas, pero cuando quise empezar con el trabajo de investigación, me metí al cante para llegar a alguna boca, y me afanaron hasta el empaste de oro que tenia en un diente, acto este que me hizo abandonar el proyecto, y recurrir al dentista por segunda vez en un mes.
3-Escribir sobre rock and roll, pero ya hay mucho escrito sobre eso, y según dice la leyenda, para escribir sobre esto, habría que interiorizarse también mucho, en lo que tiene que ver con el sexo y con las drogas, y a mi eso, ya quedo demostrado, no me va demasiado.
Así que pensé algo sobre lo que nunca nadie hubiera escrito antes, y se me vino a la mente, una frase que repetía mi abuelo, mientras comía fideos con dulce de leche, y tomaba un juguito de naranja reforzado con vodka, y un toque de mostaza
-Mijo, sobre gustos no hay nada escrito.
Y acá estoy yo ahora, escribiendo sobre gustos, para que cada vez que alguien se atreva a pronunciar esa fatídica frase, uno pueda pelar la edición de bolsillo de este ejemplar, y decir
-Como no, beninun, aca tenes, algo escrito sobre gustos.
Para que nadie nunca más en su vida, pueda refugiarse tras esas palabras, al cometer un acto de crueldad con la humanidad, como tirar una bomba atómica, patear a un perro, o lastrarse a Zulma Lobato (ya veo venir la carta documento).
Para que jamás en la vida vuelva a suceder que alguien profiera una mentira de tal calaña, porque señores a partir de ahora, hay algo escrito sobre gustos, aparte obviamente, de la canción repetitiva e inconexa del afrancesado Manu Chao, que al parecer esta obsesionado por mi, porque se pasa un tema entero en el disco, diciendo que le gusto yo, aparte de otra gran cantidad de cosas, sin aparente relación.
Así que señores, con ustedes, algo escrito sobre gustos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario